Evitar las plagas en entornos alimentarios

Las instalaciones donde se producen o manipulan alimentos son propensas a tener plagas ya que su supervivencia y capacidad para infestar un entorno se basa en la disponibilidad de comida, agua y refugio.

Para proteger a los alimentos de las plagas es muy recomendable establecer un programa de control integrado de plagas, en el que se evalúan las áreas de riesgo y se establecen estrategias de control que incluyen la mejora de las condiciones higiénicas, la utilización de métodos de exclusión de la plaga y la manipulación del hábitat.

La empresa alimentaria y sus trabajadores pueden realizar ciertas tareas para evitar las plagas. En el interior de las instalaciones se deben tener en cuenta algunos aspectos: En primer lugar, se deben evitar los posibles accesos desde el exterior, sellando puntos de suministro de agua o electricidad y utilizando filtros los desagües para evitar el acceso a través de las tuberías. También es imprescindible prevenir la humedad y mantener todos los rincones de bajo y detrás de la maquinaria accesibles de manera que pueda haber una buena higiene regularmente. Será más complicado que la plaga prolifere si ésta no encuentra alimento ni agua; por lo tanto, una buena higiene es primordial para mantener las instalaciones sin plagas. Además, evitaremos que estas encuentren escondites y proliferen haciendo rotación de los productos almacenados y manteniéndolos en envases herméticos.

Por otra parte, se deberán mantener las áreas exteriores en buen estado de mantenimiento, lo que hará menos probable que las plagas acaben entrando en el interior; así como el techo, punto habitual de entrada de aves, roedores e insectos. Se deben mantener las puertas cerradas mientras sea posible e instalar puertas con tiras de vinilo como barreras adicionales cuando las puertas deban permanecer abiertas. La iluminación exterior también puede ser un foco de atracción para insectos voladores nocturnos, por lo tanto, deberían alejarse estos puntos de luz del edificio. También es recomendable cortar ramas y plantas del entorno, al menos a un metro de distancia de la instalación, para evitar posibles puntos de anidación o de alimento; así como eliminar el agua estancada. Otro punto conflictivo en el exterior son los contenedores de basura y áreas de eliminación de residuos, las cuales deben mantenerse adecuadamente para evitar la proliferación de hormigas, moscas, cucarachas o ratas que podrían terminar proliferando en el interior de las instalaciones.

Por lo tanto, es muy importante mantener las instalaciones limpias, ordenadas y bien iluminadas para evitar la presencia de plagas, ya que de esta manera los insectos y roedores no tienen acceso a comida, agua o refugio, y como consecuencia, no se establecen ni proliferan. Y, en el caso de que haya una infestación, será mucho más fácil detectarla y controlarla.