Las termitas que afectan prácticamente la totalidad de las estructuras y construcciones en España pertenecen a la especie Reticulitermes sp., Y son termitas subterráneas. Se alimentan de todo tipo de materiales celulósicos que encuentran en el suelo (maderas, troncos, ramas …) y en las estructuras (madera, cartón, papel …).
Los adultos, se diferencian en tres castas: obreras, soldados y reproductores. Los reproductores pueden ser primarios y secundarios. Con excepción de los reproductores alados, todas las demás castas de termitas son ápteras, es decir, no tienen alas. Se desplazan y comunican gracias a sustancias específicas que van dejando detrás de ellas y que sus congéneres reconocen. Son las feromonas de pista. También existen las feromonas de alarma, segregadas en caso de peligro y destinadas a alertar al resto de la población.

Los Termitas se pueden encontrar en cualquier lugar donde haya madera, para alimentarse. Partiendo de esta premisa, en nuestro país los podemos encontrar en zonas rurales y urbanas, en bosques y viviendas.

Para controlar esta plaga es muy importante establecer un diagnóstico previo de la situación y la magnitud de la plaga para poder confirmar si se trata de termitas. Es imprescindible también determinar de qué subespecie se trata para poder elegir el tratamiento más adecuado. Contamos con la ayuda de radares con sensores de movimiento, humedad y temperatura para delimitar la zona afectada.

Hay dos sistemas para controlar estos insectos. Elegiremos el que mejor se adapte a cada caso:

• Trampas que contienen un atrayente específico.
• Inyección de insecticida en la madera afectada y en el perímetro.

Las termitas tienen importancia económica como plaga en estructuras de madera y obras de arte. Son considerados un problema muy grave en las zonas urbanas. Degradan la madera y por tanto, los cuadrados y puertas de las viviendas, provocando problemas estructurales graves.